THE PANAMERICAN ADDRESS OF THE PEOPLE OF MEXICO CITY

 

Today, July 7, 2006, at the Sala de Arte Publico Siqueiros of Mexico City, the group of individuals gathered here by the School of Panamerican Unrest agreed in the following:

That the meaning of the terms “Panamerica”, “Hispanoamerica”, and “Latin America” has changed over the course of history;  

That the term “Panamericanism”, although it sounds Bolivarian, is charged with cold war connotations; That we ask ourselves on whether the use of the notions “Latin America” or “Hispanoamerica” responds to a commercial interest more than to a political or cultural reality;

That we consider that Mexico operates as a cultural hinge in the American continent, and that Mexicanness has constantly been a supplier of aesthetic forces and inspiration to artists both inside and outside of its territory; That artists in Mexico often are given the role of spokespersons for the people, both by media and by the voracious international market;

That in reality there has been a breakup in the notion of cultural representation for historic reasons that have caused generations to distance themselves from this expected role; That art at the global level does not have representations, but that it rather plays to have them in its own deceit;

That, as such, we believe that a system of representations is a system of exclusions, and as a result, this document is the result of a group of voices that do not seek to represent anything more than themselves, seeking to generate a moment of reflection and questioning;

That art allows us to be in constant movement in order to question the discourses of truth, reality, and democracy. That art allows us the ability to act creatively amidst uncertainty and with liberty in the face of chaos; That the public art that we make is different from the concept of historic monumentality or aestheticism;

That tranquility and stability are mythical ideas; That art offers a permanent state of mobility that is necessary before the defining process of tribal identity, and it is the state that we are conditioned to live;

That as we are living the end of disciplines and the fall of borders, we shall seek to operate through relationships akin to those who share our unrest.

 

Contributors:

Maris Bustamante, Itala Schmelz, Erick Beltrán, Javier Toscano, Jorge Reynoso Pohlenz, Lourdes Morales, Carla Herrera-Prats, Daniela Wolf, Sofía Olascoaga, Francisco Reyes Palma, Pablo Helguera (secretary)

 

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EL DISCURSO PANAMERICANO DE LA CIUDAD DE MEXICO

 

Hoy, 7 de julio del 2006, en la Sala de Arte Público Siqueiros de la ciudad de México, el grupo de individuos aquí convocados por la Escuela Panamericana del Desasosiego concordamos en lo siguiente:

Que el significado de los términos Panamérica, hispanoamérica, y latinoamérica se ha transformado a lo largo de la historia;

Que el Panamericanismo es un término que aunque suene bolivariano esta cargado de connotaciones de guerra fría;

Que nos preguntamos si el uso de las nociones de latinoamérica o hispanoamérica obedece más a un interés comercial que a una realidad política o cultural;

Que consideramos que México opera como una bisagra cultural en el continente americano, y que la mexicanidad ha sido y es un surtidor intenso de fuerzas estéticas y de inspiración a artistas dentro y fuera de su territorio;

Que a los artistas en México se les suele asignar el papel de portavoces del pueblo, tanto por la mediatización como por el voraz mercado internacional;

Que en realidad ha habido un quiebre en la noción de representación cultural por razones históricas que ha hecho que las nuevas generaciones se hayan alejado de esta supuesta representatividad;

Que el arte a nivel global no tiene representaciones sino que las juega en la medida de su propio engaño;

Que, como tal, consideramos que un sistema de representaciones es un sistema de exclusiones, y por ende, éste documento es el resultado de un grupo de voces que no representa más que a sí mismas y busca generar un momento de reflexión y de preguntas;

Que el arte nos permite estar en constante movimiento para cuestionar los discursos de verdad, de realidad, de democracia. El arte nos otorga la capacidad de actuar creativamente en la incertidumbre y con libertad en el caos;

Que el arte público que hacemos se diferencia del concepto de monumentalidad histórica o de esteticidad;

Que nuestras intervenciones sociales como artistas o productores culturales no ofrecen un sentido de redención en el vínculo con la comunidad, pero buscamos en cambio las pequeñas agrupaciones, las comunidades en flujo, el contacto directo, con ciertos elementos de la sociedad para generar una energía de producción;

Que no vemos nuestro papel como seres mesiánicos ni redentores sino que queremos ofrecer laboratorios, queremos que haya movilidad en las instituciones y en los sujetos que producen;

Que la tranquilidad y la estabilidad es una idea mítica;

Que el arte ofrece un estado permanente de movilidad que es necesaria frente a la definición de la identidad tribal, es el estado en el que nos toca vivir;

Que vivimos el fin de la disciplinareidad y el derrumbamiento de las fronteras, buscaremos operar en relaciones consanguíneas de afinidades y desasosiegos.

Contribuyeron a su redacción:

Maris Bustamante, Itala Schmelz, Erick Beltrán, Javier Toscano, Jorge Reynoso Pohlenz, Lourdes Morales, Carla Herrera-Prats, Daniela Wolf, Sofía Olascoaga, Francisco Reyes Palma, Pablo Helguera (secretario)