THE PANAMERICAN ADDRESS OF THE PEOPLE OF CARACAS
In Caracas, Venezuela, today, August 24 of 2006, we declare:
That currently in Venezuela, a few months away from the presidential elections, we find ourselves at a moment of great fragility and political and social tensions;
That the term “Panamericanism” cannot be separated from the term “Bolivarianism” in the way it is interpreted by the current government;
That Venezuela, being a traditionally communicative and expressive country, has now reached a point of intolerante in regards to opinions before certain subjects. In Caracas, for instance, doors were once open to all, and now we see resentment and aggressiveness;
That we seem to confirm a definition by Humboldt, the traveler, who once said that Venezuelans live in a coastal country, like a great port that looks to the outside but that rarely looks within, as if we negated our very self;
That in Venezuela there is a racial debate taking place that did not exist before, where nationality is being questioned in terms of race;
That all Venezuelans are descendants of immigrants;
That we consider that, government visions aside, there are indeed things that define us as Venezuelans, such as the painting of Miranda in the Carraca prison, the way we walk on the street, the way one stirs whisky with the finger, and holding the bus ticket on the mouth;
That we consider ourselves communicative and hiper-sensitive, and our vitality is part of our daily survival. That we still feel proud to having been born and bred here, and to continue to work in this country;
That due to political and social tensions, we have now abandoned intolerance in order to put ourselves on the defensive. That we are used to have an exaggerated amount of badly administered money, living a culture of waste, that the difference between rich and poor has generated that which we live today, and that Simon Bolivar was more interesting before than he is now;
That now we face a government that sells us a country for all, when in actuality it is simple creating a divided and resentful country;
That we have a Catholic, Jewish and Arab heritage. Our racial complexity includes being Europeans, indigenous, Asian, African and American. That Venezuelan music is not limited only to the al pasaje llanero; but also includes drumming, calypso, the polo margariteño, the Andean violins, salsa, merengue, rock, ska and many others; That we of course possess an identity, but it is a web that has been broken by intolerance and unloving, by the obsession of classifying and by the lack of respect to the other;
That our uncertainty today comes from the sensation created by the current government, which establishes that no law is stable, that nothing is unmovable, that everything can be changed, from the constitutional laws to the stars of the flan. The impact that we have experienced due to these changes is very recent, as if we were still spinning from a crash;
That as a result, we consider to relieve in our own projects, to see them through, to create alliances amongst ourselves and with other spaces in the exterior, that our greatest contribution is to make and to believe in that which we make;
That this current, introspective condition has forced us to generate a more introspective view that eventually will help us to modify our own view about ourselves As Venezuelans we must create real networks, not fictional ones, not feeble metallic bridges that may fall after the first earthquake;
That there must be a real sense that we are thinking about the other, and that we encourage this at an individual level;
That we need to find our new Venezuelan beauty, our new political and social aesthetic, and once we have found it, we shall learn to implement it through every individual who is in fact a multiplying agent.
Signed:
Luis Romero; Suwon Lee; Marylee Coll; Muu Blanco; Iván Candeo; Consuelo Mendez; Beto Gutierrez; Ana Elis Alenso; Jaime Gilli; Carolina Siefken; Mate González; Angel Márquez; Jordi Teres; Sandra Alcalde; Pablo Helguera (secretary)
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EL DISCURSO PANAMERICANO DE LA GENTE DE CARACAS
En Caracas, Venezuela, hoy, 24 de agosto de 2006, declaramos:
Que actualmente en Venezuela, a unos meses de las elecciones presidenciales, nos encontramos en un momento de gran fragilidad y de tensiones políticas y sociales;
Que el término panamericanismo aquí no se puede separar del término bolivarianismo el cual se profesa actualmente desde el gobierno.
Que en Venezuela, siendo un país tradicionalmente tan comunicativo y expresivo, se ha llegado a un punto de intolerancia de opiniones ante temas puntuales. En Caracas, por ejemplo, antes se les abrían las puertas a cualquiera, y ahora existe recelo y agresividad.
Que parecemos confirmar una definición del viajero Humboldt, quien dijo que el venezolano vivía en un país costero, como un gran puerto que mira hacia fuera pero no hacia adentro, como si nos negáramos a nosotros mismos.
Que en Venezuela se esta dando un debate racial que no existía anteriormente, donde se cuestiona la nacionalidad en términos de raza.
Que todos los venezolanos somos descendientes de inmigrantes.
Que consideramos que aparte de las visiones gubernamentales, hay efectivamente otras cosas que nos definen como venezolanos. La pintura de Miranda en la Carraca, la forma de caminar en la calle, la forma de mover el whisky con el dedo y ponerse el ticket del estacionamiento en la boca.
Que nos consideramos comunicativos e hipersensibles y la viveza forma parte de nuestra supervivencia diaria. Pero nuestro orgullo sigue siendo el haber nacido, crecido y seguir trabajando en este país.
Que debido a las tensiones políticas y sociales, ahora hemos abandonado la tolerancia para ponernos siempre a la defensiva. Que estamos acostumbrados a tener una cantidad exagerada de dinero mal utilizado en una cultura del derroche, que la diferencia entre ricos y pobres ha generado lo que estamos viviendo ahora. Que Simón Bolívar era mas interesante antes que hoy en día.
Que ahora nos encontramos ante un gobierno que nos vende un país para todos, cuando en realidad esta creando un país dividido y resentido.
Que somos de herencia católica, judía, y árabe. Nuestra complejidad racial incluye el ser europeos, indígenas, asiáticos, africanos y americanos. La música venezolana no se limita únicamente al pasaje llanero; si no que también incluye los tambores, el calypso, el polo margariteno, los violines andinos, la salsa, el merengue, el rock, el ska y muchos otros.
Que por supuesto tenemos una identidad; pero esa identidad es una red rota por la intolerancia y el desamor, la obsesión de clasificar y por la falta de consciencia hacia el otro.
Que nuestra incertidumbre hoy proviene de la sensación implementada por el gobierno actual que ninguna ley es estable, nada es inamovible, todo se puede cambiar, desde las leyes de la constitución hasta las estrellas de la bandera. Nuestro impacto por los cambios que están sucediendo aún es muy reciente, como si aún estuviéramos saliendo raspados de un choque.
Que como resultado consideramos que es importante creer en proyectos, llevarlos adelante, crear vínculos entre nosotros mismos y con otros espacios en el exterior; que nuestro mayor aporte es hacer y creer en aquello que hacemos.
Que esta condición de introspección actual nos ha obligado a generar una visión más introspectiva que eventualmente nos ayudará a gestar un cambio acerca de nuestra propia percepción.
Como venezolanos debemos crear redes de necesidades reales, no ficticias, no puentes de metal que desaparezcan cuando un terremoto se los lleve.
Que debe de haber un verdadero sentido de pensar en el otro, inculcado a nivel individual.
Que tenemos que buscar nuestra nueva belleza venezolana, nuestra nueva estética política y social , y una vez encontrada, aprender a implementarla a través de cada individuo que es en sí un agente multiplicador.
Firman:
Luis Romero; Suwon Lee; Marylee Coll; Muu Blanco; Iván Candeo; Consuelo Mendez; Beto Gutierrez; Ana Elis Alenso; Jaime Gilli; Carolina Siefken; Mate González; Angel Márquez; Jordi Teres; Sandra Alcalde; Pablo Helguera (secretario)