La escuela panamericana del desasosiego

Entrevista a Pablo Helguera

 

 

VICTOR ZAMUDIO TAYLOR: A lo largo de tu carrera artística has explorado la intersección entre la pedagogía y el arte. El performance que presentaste en el MoMA hace un año adquirió la forma de una conferencia con cinco secciones. Ahora tu nuevo proyecto parece tener un componente educativo muy importante. ­¿Podrías explicarlo en mayor detalle?

 

PABLO HELGUERA:

El proyecto de la escuela del desasosiego panamericano (en inglés, The School of Panamerican Unrest) consiste en la construcción de una escuela transportable que viajará a lo largo del hemisferio.  Es un proyecto, por supuesto altamente utópico, que operará en la forma de institución nomádica o “think tank” y se irá plantando por diversas partes de las Américas, de Alaska a Argentina, con el fin de gestar estos debates a través de exposiciones, talleres, encuentros, y publicaciones. No es tanto un proyecto pedagógico, sino más bien una iniciativa cultural disfrazada de proyecto conceptual.

La idea de la escuela del desasosiego panamericano se ha venido gestando desde los incidentes del once de septiembre, cuando tuve el interés de indagar acerca de la historia de los Estados Unidos, y  de la  naturaleza de la identidad social y política norteamericana.  Pero me pareció que para esto, era necesario realizar una exploración que fuera más amplia y que explorara la historia de los proyectos sociales utópicos de las américas- desde Simón Bolívar hasta Martin Luther King- y cuestionar el por qué de sus fracasos o éxitos.

VZ:  Pero ¿por qué si la urgencia es entender a los Estados Unidos te propones realizar un proyecto sobre el panamericanismo?

PH: Porque creo que la historia de Estados Unidos está íntimamente ligada a la de  Latinoamérica, y se puede mucho a partir de estudiar esa relación. Desde la doctrina Monroe en el siglo diecinueve, Latinoamérica ha sido el laboratorio de experimentación hegemónica de los norteamericanos. La relación no sólo es de conquista o dominación, sino de sus alianzas ideológicas.  La EDP tiene un objetivo de restauración de memoria del destino de los proyectos liberales fallidos de las américas, pero con el fin de reestructurar una plataforma intelectual que incorpore a los liberales de Estados Unidos –quienes hoy se sienten desplazados del discurso político de Washington-  y el resto de Latinoamérica en una misma plataforma de discusión, ya sean activistas politicos, sociales, o escritores, usando siempre las artes visuales como hilo conductor principal.

Hoy, EU está en un estado de bancarrota intelectual, dominado por el fundamentalismo cristiano y la extrema derecha neoconservadora, encarando por un lado el fortalecimiento económico de Asia y por otro la Unión Europea que cada vez es más poderosa. Para mí el paso lógico es examinar el estado actual del panamericanismo  a nivel sociocultural, o sea, más allá de los tratados de libre comercio. En Europa hay una gran variedad de proyectos acerca del futuro de la unión europea, siendo el más notable el de Maria Hlavajova y Gerardo Mosquera titulado “Who If  Not We Should Figure the Future of All This?”, pero en contraste no existen de momento las mismas iniciativas en términos latinoamericanos o panamericanos.  La EDP sería un primer paso para generar un foro colectivo de debate abierto sobre estos temas.

VZ: ¿Cómo se diferencia de otros proyectos que has realizado anteriormente? Un ejemplo es el instituto de la telenovela, que iniciaste en Eslovenia hace dos años y continúa viajando desde entonces.

PH: Siempre me ha interesado la idea de hacer museos nomádicos o efímeros, así como la noción de asumir la institucionalidad como artista, bajo la lógica de que, si al final uno acabará siendo adoptado por el sistema, ¿por qué no mejor definir el sistema mismo dentro del cual seremos adoptados? No es coincidencia que haya crecido en México en los setenta, en medio del régimen priísta tardío y la dominación cultural de Televisa- dos cosas que mientras más lo pienso tuvieron influencia predominante en mi generación. El Instituto de la Telenovela es un buen ejemplo de esto. El instituto- que por cierto si funciona como un verdadero instituto de investigación- investiga el impacto de la televisión latinoamericana, y en particular las telenovelas, en el resto del mundo. Es un proyecto sobre la irónica hegemonía cultural que imparte México entre los países en vías de desarrollo.  La escuela del desasosiego panamericano sigue patrones similares de apoyo e investigación. Se haran exposiciones, charlas, discusiones de grupo- pero sobretodo, lo mas importante, es que el se genere una red de dialogos entre diversas partes de latinoamerica y norteamérica, que funcione de forma alternativa a los vinculos exclusivamente comerciales que proponen las bienales y el mercado del arte.

VZ: El proyecto es efectivamente utópico, casi irrealizable en su totalidad.

PH:  Posiblemente, pero como la motivación original son las ideas de los utopistas sociales de las américas, creo que el proyecto en sí debe de rendir homenaje a ese espíritu. Después de todo, creo  vale la pena intentar lo inalcanzable de vez en cuando.