Stepping on the teeth of Latin America
On our passage through Mexicali, we took with us a great deal of images, images of the desert, images of birds with open mouths, and images of the mythical Chinese tunnels of Mexicali, those that arguably have been built undergorund by the Chinese immigrant community here. All these add to the complexity of a Mexican border city that is very little known by its US neighbor.
In order to call more attention to these other entryways, we bypassed the more predictable Tijuana/San Diego border and came into Mexico via Calexico, a small city that more than a US town looks like a commercial extension of Mexicali, or, as local writer Alejandro Espinosa put it, it is “the northern suburb of Mexicali’. After negotiating the complicated curbs of La Rumorosa mountain range, the culture representatives of the Baja California were generously waiting for us there to alleviate our entry, serving as great hosts.
The events took place at the State Center for the Arts, a new modern complex of exhibition spaces and educational facilities that was suddenly planted a few feet away from the border and amidst a working class neighborhood, where it sits as a UFO.
Mexicali’s unbearable heat, which is even higher than Tempe ( yesterday it had reached 120 F) establishes the unavoidable context of any discussion here. The SPU debate here was no exception, where we also spoke about the relationship between Mexicali and Tijuana, and Mexicali’s local cultural urban myths and idiosyncrasies.
The presenters included local writer Gabriel Trujillo, painter Carlos Coronado, writer Alejandro Espinosa, and the Tijuana artist Juan Navarrete, member of the collective Bulbo. Espinosa started with sharing an image: “the other day I saw a tree with many birds with their open beak, as if gasping for air due to the heat. I often feel that we in Mexicali all are like those birds. The onlly thing that defines this city is the heat”. In contrast to Tijuana, which involves a lot of public art, debate, and collaboration in the open, local production in Mexicali is more oriented towards invidual creation within the confines of an air-conditioned studio.
But it was Gabriel Trujillo who made the most insightful comments concerning the local character of the city given its geographic and historic condition. “It is not surprising that some may despise Mexicali – he writes in a text he read last night—“what is surprising is that in spite of its hostile weather some may actually love it, appreciate it, people who may want to live in it with the desire to share its problems, its peculiarities, its delicious plagues and handicaps”.
Trujillo, who is the author of many essays and novels, offered an eloquent reflection around the culture of the desert, and the way in which the environment influences local culture. We discussed the topic of the Chinese presence in Mexicali, an enigmatic community who have generated all sorts of urban myths including the apparent certainty that they live in underground tunnels throughout the city. The group pointed out the fact that, despite these peculiar characteristics of the city, these have not been sufficiently reflected upon or exploited by the local art scene. Trujillo argues that Mexicali lacks the entrepenurial sense of marketing that defines its rival city Tijuana, who has generated an attractive myth about itself.
At an after-event conversation, Trujillo summarized his views on the region: “one writer mentioned that we are the frontal teeth of Latin America. If that is true, we are in the best position for our smile to be seen, and also for our teeth to be broken”.
The event ended with the performance of the Panamerican Anthem by the members of the state orchestra and students from the Center of the Arts.
The border transition of the project also brought a change of passengers in the SPU van. Sadly, Dannielle Tegeder said good-bye, going back to NYC for the time being to rejoin at a later point. Juan Navarrete is now the new co-pilot and will be part of the next phase, where we will cover some of the teeth of Latin America and then southward toward Central Mexico.
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Pisando los dientes de américa latina
Pasamos por Mexicali recogiendo imágenes como las del desierto, las de pájaros con el pico abierto y la de los túneles chinos subterráneos que han engendrado leyenda en esta ciudad, tan poco conocida por el país vecino.
En vez de entrar por el predecible cruce Tijuana/San Diego, penetramos vía Caléxico, la pequeña ciudad que más que urbe norteamericana parece una extensión comercial de Mexicali y que el escritor Alejandro Espinosa calificó como “el fraccionamiento norte de Mexicali”. Después de negociar las dramáticas curvas y altibajos de La Rumorosa, los representantes del gobierno de baja california nos esperaban para alivianar nuestra entrada y facilitar trámites de ingreso de vehículo y seguro. Esta significativa transición para el proyecto marcó tanto la conclusión de la primera tercera parte del proyecto como nuestra entrada por fín a territorio hispanoamericano. Para esta difícil transicion, Francisco Cabanillas y la gente de cultura de Baja California, viejos amigos de la EPD, fungieron como espléndidos anfitriones.
Los eventos tomaron lugar en el centro estatal de las artes, un moderno complejo construído apenas hace unos años a unos cuantos metros de la frontera, plantado como una nave espacial en una zona de vivienda proletaria.
La insoportable temperatura de Mexicali, más alta aún que la de Tempe Arizona(el día anterior había subido a 120 F) es el contexto inevitable de cualquier reflexión aquí. El debate que tuvimos no fue la excepción, donde hablamos de la relación entre Mexicali y Tijuana, pero debido a la carencia de suficientes Tijuanenses, el enfoque revirtió al tema original que se había planteado sobre mitos urbanos e idiosincrasias culturales de Mexicali.
Los ponentes incluyeron al escritor mexicalense Gabriel Trujillo, el pintor Carlos Coronado, el escritor Alejandro Espinosa, y el artista tijuanense Juan Navarrete, colaborador del colectivo Bulbo. Alejandro Espinosa dijo: “el otro día vi una imagen que para mí representa Mexicali: los pájaros en los árboles jadeaban con el pico abierto. Somos como esos pájaros. Lo único que define a esta ciudad es su calor”. Espinosa introdujo el tema común de la influencia del clima en la forma de producir arte. A diferencia de Tijuana, que incluye mucha obra urbana, en vía pública y en colaboración, la producción en Mexicali se orienta más a la creación individual dentro de los confines del taller con aire acondicionado.
Pero fueron los comentarios de Gabriel Trujillo los que más ahondaron en el carácter local dada su circunstancia geográfica e histórica. Trujillo definió a la ciudad como una entidad a la vez bendecida y malecida por su clima. “No es de sorprender que alguien desprecie a Mexicali— escribe en un texto leído en el evento—“lo que sorprende es que con un clima tan hostil haya gente que la ame, que la aprecie, que siga viviendo en ella por el anhelo de compartir sus vicisitudes y percances, sus deliciosas plagas y carencias”. Trujillo, quien ha escrito varias novelas y ensayos, ofreció una elocuente reflexión sobre la cultura del desierto, y la forma en que el ambiente distingue a la cultura local. Se habló del tema de la presencia china en Mexicali, una presencia enigmática que ha generado toca clase de mitos y fascinación, como lo es la aparente certidumbre de que la comunidad china vive en túneles subterráneos de la ciudad. Se habló acerca de la forma en que, a pesar de que existen mitologías de esta especie, éstas no se han explotado lo suficiente por el medio artístico local. Trujillo argumenta que Mexicali carece de ‘cacareo artístico’, o sea, inabilidad de haber engendrado un mito atractivo como su hermana Tijuana, que ha vendido su imagen como tierra de la perdición y que ha engendrado una fascinación internacional por su atractivo cultural.
Después del evento, Trujillo mencionó: “Algún escritor mencionó que somos los dientes frontales de América Latina. Si es así, estamos en la mejor postura para que aprecien nuestra sonrisa, o si no, para que nos rompan los dientes’.
El evento terminó con la ejecución del himno panamericano con miembros de la banda del estado y estudiantes de música del centro de las artes.